Fisioterapia suelo pélvico

Este ejercicio está recomendado para toda la mujer embarazada a partir de la semana 33-34 de gestación. Lo que queremos es provocar un aumento de la distensión del periné durante el parto.
Durante el embarazo el suelo pélvico (SP) va a adaptándose a diferentes
transformaciones que son propias de este periodo, por eso es importante tomar conciencia de la musculatura y trabajarla tratando de flexibilizarla antes del parto.
El objetivo de este masaje es sencillo, es ayudar a preparar a los tejidos del SP y que rodean a la vagina para facilitar el paso del bebé y así disminuir el riesgo de episiotomía o desgarro de los músculos durante el momento del parto. Además, nos ayudara a conocer las sensaciones de presión y estiramiento que acompañan el descenso de la cabeza del bebe por el canal del parto.
En caso de que hubiese un desgarro o episiotomía también esta demostrado que el haberse hecho el masaje mejora la cicatrización y el estado de la musculatura interna y la parte externa.

CONTRAINDICACIONES

Son pocas las existentes, pero hay que tener mayor cuidado y no realizarlo en los siguientes casos:
si la embarazada sufre de infecciones vaginales de repetición o activas, placenta previa, amenaza de parto prematuro. Además de ser otra contraindicación la existencia de varices internas y el exceso de dolor.

PASO A PASO

Es importante que busquéis un lugar donde os sintáis cómodas y relajadas, que no tengáis prisa o la gente pueda interrumpiros continuamente.
Una vez conseguido todo esto siempre debemos tener en cuenta varias cosas: manos bien limpias, uñas cortas e higiene genital para evitar infecciones. Recomendamos el uso de guantes para evitar como ya hemos dicho infecciones.
No se necesitan muchas cosas para poder realizar el masaje, en realidad solo es necesario dispone de un aceite que lleven caléndula, onagra, aloe vera, rosa mosqueta o utilizar un lubricante de base acuosa (a mi personalmente me gusta el lubricante sulky). Pero lo mejor es que si ya estáis usando algún aceite o lubricante con anterioridad es que os mantengáis utilizando el mismo.
La postura para elegir debe ser en la que más cómodas os sintáis, lo más recomendable es de cuclillas o semisentada, también es buena opción sentadas en la taza del wc. Otras posibles posturas son de pie con una pierna elevada sobre una silla o tumbada con piernas semiflexionadas.
Es bueno que los primeros días utilicéis un espejo para ubicaros mejor y conocer bien el trabajo que tenemos que realizar.
En cuanto al numero de repeticiones por ejercicio nosotras no recomendamos hacerlo por repeticiones ni por tiempo, si no que os recomendamos que lo hagáis por sensaciones de mejora de elasticidad del tejido y que haya una mejora también de la movilidad.
Lo ideal es realizarlo 3-4 días en semana, aunque os animamos a que todos los días tratéis de trabajar un poquito y 3-4 días de manera mas intensa.
Vamos a dividir el masaje en dos zonas; la parte externa y la parte interna. Nunca debemos empezar por la parte interna ya que al producir dolor podemos conseguir espasmar la musculatura por dolor y aumentaría la dificultad de realizar el masaje ya que la musculatura tratara de “defenderse”.

– Masaje perineal externo:

o Vamos a trabajar el espacio entre vagina y ano, ahí encontraremos una
zona fibrosa de tejido y es muy importante darle flexibilidad. Usaremos
los dedos pulgares para hacer una presión realizando semicírculos de
arriba abajo. Con esto vamos a conseguir activar la circulación en esta
zona que nos ayudará a liberar inflamación. Los círculos se deben realizar
ejerciendo ligera presión, pero nunca provocar dolor.

o También hacer pasadas en los labios para liberar tensión y disminuir
inflamación.
o Con los pulgares también vamos a hacer presiones en tres direcciones
desde el espacio que hemos estado trabajando hacia la zona de glúteo.

– Masaje perineal interno:

Todos los ejercicios hay que hacerlos de manera
bilateral, recomendamos trabajar primero un lado y después el otro lado.
o Introduciremos el pulgar o índice/corazón, dentro de vagina. Si hacemos
presión hacia abajo sentiremos una zona que variara en dureza
dependiendo del día, eso es porque es el esfínter anal y la compresión en
esa zona activa un reflejo de ganas de defecar. Lo que haremos es
movernos ligeramente al lado de esa zona, es muy poquito lo que
tenemos que desplazarnos, y vamos a comenzar haciendo tracciones
hacia abajo y ligeramente como si se hacia fuera para abrir el tejido. La
tracción será: tirar hacia abajo del tejido y volver al punto inicial,
debemos intentar cada vez aumentar la tracción ya que el tejido va a ir
cediendo poco a poco. Hay que controlar el dolor excesivo ya que
siempre sentiremos algo de dolor.
o Después de hacer esas tracciones de “ir y venir” vamos a realizar
tracciones mantenidas: traccionaremos ligeramente hasta donde
sintamos dolor y ahí aguantaremos la tracción hasta que el dolor vaya
disminuyendo. Cuando este dolor haya disminuido aumentaremos la
tracción hacia abajo y volveremos a mantener hasta que disminuya de
nuevo el dolor y realizaremos lo mismo una tercera tracción. Cuando
realizamos la tracción no debemos volver nunca al inicio si no que
debemos mantenernos en un punto de tensión y desde ahí ir
aumentando.
o Realizaremos movimientos como si hiciésemos una U. Es decir,
realizamos una pequeña tracción hacia abajo y fuera e iremos desde el
punto central de abajo hacia arriba por un lateral.